¡Unidos en oración con nuestros hermanos de China!

Esta es la carta que el obispo emérito de Hong Kong, José Cardenal Zen, ha escrito pidiendo oración pos la Iglesia de China: 
1 de mayo 2013, Hong Kong
Eminencias, Excelencias.
Señores Arzobispos y Obispos,
¡Os deseo la Paz en Cristo Resucitado!

Su Santidad, nuestro Papa emérito Benedicto XVI, escribió en el año 2007 una carta para la Iglesia en la República Popular China, donde establece como día para que la Iglesia universal eleve su oración por la Iglesia en China el 24 de mayo, fiesta de María, Auxilio de los Cristianos.
Su Santidad incluso compuso una hermosa oración dedicada a María Auxiliadora, venerada en el Santuario de Sheshan, ubicado en Shanghai.
La situación de la Iglesia en China es cada vez más complicada. Los enemigos de la Iglesia están realizando todos los esfuerzos posibles por someter a nuestros obispos y sacerdotes a fin de fortalecer una Iglesia independiente de la autoridad del Santo Padre.
Me tomo el atrevimiento de enviaros unas pocas copias de la oración que compuso Benedicto XVI. Por favor, reproducidla y distribuidla entre vuestros fieles, pidiéndoles que recen por sus hermanos en China.
Que el Señor os recompense a vosotros y a vuestras Comunidades Diocesanas con abundantes gracias.

José Cardenal Zen
Obispo emérito de Hong Kong

Oración a la Virgen "Auxilio de los cristianos"

Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de "Auxilio de los cristianos" en el Santuario de Sheshan,
a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China,
hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de  convivencia armónica entre todos los ciudadanos.

Con el dócil "sí" pronunciado en Nazaret tú aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste
erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva, Madre
de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.

Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste
al encuentro de  la mañana de Pascua con confianza inquebrantable,
concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación,
incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China,
en medio  de las  fatigas  cotidianas,  siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo al mundo
con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre.
Amén.
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