A estas alturas, es posible que ya hayas visto este anuncio que ha surgido durante las Olimpiadas y que se ha convertido en toda una sensación viral.

Después de la historia del cura de hierro, esta es la de esta monja:

Decidió que quería hacerse monja a los 14 años por la influencia de las Hermanas de la Visitación en la Academia de la Visitación para chicas en San Luis, Missouri, donde sus padres la inscribieron con unos diez años.

Marie Dorthy Buder tenía 23 años cuando siguió su principal vocación vital de hacerse monja; fue entonces cuando se dio cuenta de la importancia de servir a los demás.
Entró en un convento llamado las Hermanas del Buen Pastor, en San Luis, y sirvió allí hasta 1970, cuando cambió de orden para ir a Spokane, Washington, a unirse a otras 38 hermanas de diferente y variada formación para establecer una comunidad nueva y no tradicional de hermanas.

Como miembro de esta comunidad no canónica, las Hermanas Por la Comunidad Cristiana (SFCC), independiente de la Iglesia romana católica, Buder tenía libertad para elegir su propio ministerio y estilo de vida.

Más de dos décadas más tarde, ya como Hermana Madonna, encontró su segunda vocación: correr.

Aquí hay alguna información más, de Wikipedia:

Buder nació en St. Louis, Missouri en julio de 1930 y entró al convento a la edad de 23 años.3 En 1970 dejó la congregación a la cual había pertenecido para reunirse con 38 misioneras de diferentes perfiles para establecer una comunidad de hermanas no tradicional.

La hermana Buder, como miembro de las hermanas para la comunidad cristiana no-canónica e independiente de la autoridad de la Iglesia católica romana, tiene la libertad de escoger su propio ministerio y su estilo de vida.

Buder empezó a entrenar a la edad de 48 por una petición de Padre John que le dijo que era una forma de afinar “Mente, cuerpo y espíritu” y para tener el relajamiento y la calma que brinda.

Completó su primer triatlón a la edad de 52 y su primer Ironman a la edad de 55 y desde entonces continúa en carrera.

Buder es muy conocida en la comunidad de Triatlón por sus logros en las carreras en la categoría de por edades. Ella ha completado más de 325 trialtlones incluyendo 45 Ironman de distacia.

En el Ironman de Hawai, en 2005, a la edad de 75, la monja de hierro se convirtió en la mujer de mayor edad en completar esta carrera, finalizando una hora antes del tiempo de cierre de la carrera (17 horas).

En el Ironman de Hawai de 2006, a la edad de 76, se convirtió en la mujer de mayor edad en completar la carrera, finalizando con un tiempo de 16:59:03.

Durante su carrera deportiva, Buder trabajó duro haciendo colectas de dinero para varias caridades. Una de sus frases es “yo entreno religiosamente“.

Sobre su orden religiosa, extracto de su sitio web:

¿Cómo surgió la SFCC? En respuesta al llamamiento del Vaticano II a la Iglesia de volver desde todos los niveles a un modelo de organización participativo y común, las confraternidad de Hermanas Por la Comunidad Cristiana (SFCC en sus siglas en inglés) emergió en 1970 como una comunidad distinta de mujeres religiosas, destinada a dar testimonio a la comunidad episcopal sobre la forma de votos tradicionales de obediencia, castidad y pobreza expresados, con más frescor, como escuchar, amar y servir.

Llegaron miembros de las Costas Este y Oeste, de los Grandes Lagos y del Sur Profundo, del otro lado de las praderas y pronto vendrán de provincias canadienses. Pronto los miembros abarcarán desde el Océano Pacífico al Atlántico.

Desde África, Australia, Guam, India, Filipinas, Europa Occidental, Irlanda e Inglaterra, así como desde México y América Central llegaron mujeres que se comprometieron con la visión, el carisma y la obra de la SFCC. Con razón, la SFCC estará pronto en toda obra de cualquier rincón del mundo.

…En 1995, la SFCC se autodefinió como una “comunidad profética-eclesial”, “profesando la verdad en el amor, debemos crecer en todo hacia Cristo” (Ef 4:15).

SFCC continúa entendiéndose como una comunidad de mujeres consagradas que se autodeterminan, se autorregula y se autogobiernan, con un objetivo común: que todos sean uno, en Cristo, según nuestra oración por la unidad y episcopalidad.

Para SFCC, sólo la oración de Cristo por la unidad hace que toda independencia y episcopalidad sea posible y productiva.

Por ello, esta oración evangélica conforma el corazón de la espiritualidad común de la SFCC, al tiempo que desafía a cada SFCC a asumir el incómodo riesgo de ser profeta en su propia ciudad natal.

Fundada originalmente para ocuparse de la restructuración de una Iglesia institucional jerárquica, la SFCC avanzó progresivamente hacia lo que llegó a entenderse como un “ministerio de presencia”.

La SFCC cree que las opiniones miopes pueden cambiar hacia un entendimiento mutuo. La división puede cambiar en unidad y que las estructuras opresivas pueden ser reformadas.

Estas son asunciones sencillas, pero de gran peso, que señalan la misma esencia del “ministerio de presencia” de la SFCC, a través de escuchar, amar y servir.

Por su propia naturaleza, el “ministerio de presencia” de la SFCC es, pues, una acción profética que las conduce allí donde su carisma sea necesario.
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