El Pontífice explicó que Dios “lleva adelante la historia” y “la vida de las personas, también la nuestra”, afirmó. A continuación recordó el ejemplo bíblico de Tobías y Sara que vivieron “momentos difíciles” y “momentos hermosos”, como en “toda vida”.
“Todos nosotros hemos pasado por momentos feos, fuertes; sabemos lo
que se siente en un momento de oscuridad, en el momento de dolor, en el
momento de las dificultades, lo sabemos”.
Pero Tobías y Sara rezan y “esta es la actitud que nos salva de los momentos feos: la oración. La paciencia: porque ambos son pacientes con el propio dolor. Y la esperanza de que Dios nos escuche y nos haga pasar estos momentos feos. En los momentos de tristeza, poca o mucha, en los momentos de oscuridad: oración, paciencia y esperanza. No hay que olvidar esto”, dijo el Papa.
“Después de la prueba, el Señor se hace cercano a ellos y los salva. Pero hay momentos hermosos, auténticos, como este, no momentos con la belleza maquillada, que todo es artificial, fuegos artificiales, pero no es la belleza del corazón”.
“¿Y qué hacen estos dos en los momentos hermosos?”, se preguntó. “Dan gracias a Dios, alargan el corazón en la oración y en el agradecimiento”.
En este sentido, invitó a discernir que en la vida hay momentos de cruz en los que es necesario “orar, tener paciencia y tener al menos un poco de esperanza”: se necesita evitar caer “en la vanidad” porque “siempre está el Señor” con nosotros.
Al finalizar su homilía exhortó así: “Pidamos la gracia de saber discernir qué sucede en los momentos feos de nuestra vida y como ir adelante, y qué ocurre en los momentos hermosos y no dejarnos engañar por la vanidad”.
ReligiónenLibertad
Pero Tobías y Sara rezan y “esta es la actitud que nos salva de los momentos feos: la oración. La paciencia: porque ambos son pacientes con el propio dolor. Y la esperanza de que Dios nos escuche y nos haga pasar estos momentos feos. En los momentos de tristeza, poca o mucha, en los momentos de oscuridad: oración, paciencia y esperanza. No hay que olvidar esto”, dijo el Papa.
“Después de la prueba, el Señor se hace cercano a ellos y los salva. Pero hay momentos hermosos, auténticos, como este, no momentos con la belleza maquillada, que todo es artificial, fuegos artificiales, pero no es la belleza del corazón”.
“¿Y qué hacen estos dos en los momentos hermosos?”, se preguntó. “Dan gracias a Dios, alargan el corazón en la oración y en el agradecimiento”.
En este sentido, invitó a discernir que en la vida hay momentos de cruz en los que es necesario “orar, tener paciencia y tener al menos un poco de esperanza”: se necesita evitar caer “en la vanidad” porque “siempre está el Señor” con nosotros.
Al finalizar su homilía exhortó así: “Pidamos la gracia de saber discernir qué sucede en los momentos feos de nuestra vida y como ir adelante, y qué ocurre en los momentos hermosos y no dejarnos engañar por la vanidad”.
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