- Mons. Barrio: “Planificar los alimentos no para especulación y beneficio económico sino pensando en el consumo humano”
Mañana domingo día 11 de febrero Manos Unidas celebra su tradicional
Jornada contra el Hambre, una fecha en la que las colectas en todas las
iglesias irán destinadas a beneficio de su Campaña contra el Hambre, que
en esta ocasión alcanza ya la LIX edición. El arzobispo de Santiago,
monseñor Julián Barrio, como en ocasiones anteriores, ha escrito una
Carta Pastoral recordando que “este año la campaña de Manos Unidas nos
interpela con el lema: “Comparte lo que importa”. Es
esta una forma de plantar cara al hambre. Proteger la dignidad de la
persona conlleva llamarla a participar de la mesa del bien común”. Manos
Unidas lleva casi sesenta años plantándole cara al hambre, trabajando
por sensibilizar a nuestra sociedad y por los millones de personas en el
mundo que sufren las consecuencias de esta lacra. Monseñor Barrio
señala, además, que “esta Jornada es una oportunidad para cuestionar
nuestros modos de vida, favoreciendo la cultura del encuentro y de la
solidaridad y erradicando los lujos y los despilfarros. No podemos
evadirnos ni buscar pretextos para no compartir. Se nos urge a trabajar
por un bien común que lo será cuando todos colaboren en él y todos
puedan participan en él”. Escribe también que hay que “planificar los
alimentos no para especulación y beneficio económico sino pensando en el
consumo humano”.
Ayer viernes, muchas parroquias celebraron el Día del Ayuno
Voluntario, con cenas solidarias en las que el arroz blanco suele ser el
único plato, recordando que millones de personas en el mundo ni
siquiera pueden alimentarse con ese producto. Precisamente, el arzobispo
compostelano recuerda que “ha sido noticia alarmante el aumento de
personas que están pasando hambre en el mundo. Son 815 millones. Un 11%
de la población mundial. Sudán, Nigeria, Somalia, Yemen… son entre otros
los países que describen la geografía del hambre. Hay más de 2.200
millones de personas atrapadas en las redes de la pobreza. 844 millones
de personas no tienen acceso al agua potable. Estos son algunos de los
aspectos que nos estremecen. Detrás de estos números están las personas.
El hambre parece ese horizonte que se aleja cada vez más. Si buscamos
causas entre otras podemos referirnos al déficit de solidaridad, al
cambio climático, a los conflictos armados, etc”.
Y aludiendo al lema de la Campaña, “Compartir lo que importa”, el
arzobispo dice que esta actitud “es poner en común nuestra vida,
nuestras posibilidades y nuestro compromiso por un mundo mejor que
posibilite vivir en condiciones dignas. Esto exige planificar los
alimentos no para la especulación y beneficio económico sino pensando en
el consumo humano; buscar un sistema de producción medioambiental
sostenible y no desperdiciar los alimentos por un afán puramente
consumista”.
Archicompostela