Santa Eulalia
Valiente virgen y mártir del siglo IV en la ciudad de Barcelona

Eulalia era una niña cuando se desató una feroz persecución contra los cristianos en el impero romano, al que pertenecía su ciudad, la actual Barcelona.

Un decreto del emperador Diocleciano prohibió a los cristianos dar culto a Jesucristo y les obligaba a adorar a los ídolos de los paganos.

Eulalia se despidió de sus padres y se presentó ante el prefecto Daciano. Le dijo que esas leyes eran totalmente injustas y que los cristianos no podían obedecerlas.

Era una chocante queja de una jovencita de unos 13 años. Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión. Pero ella seguía fuertemente convencida de sus ideas cristianas.

Entonces le mostró todos los instrumentos de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente si no obedecía esa ley.

"De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito de incienso en los altares de ellos", le dijo.

La jovencita lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo valientemente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".

Según la tradición, fue lanzada rodando dentro de un tonel lleno de objetos punzantes por una calle –llamada hoy Bajada de Santa Eulalia- y clavada desnuda en una cruz con forma de X.

El poeta Prudencio escribió en el siglo IV que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente.

En el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella favores de Dios.

Sus restos mortales son venerados actualmente en una cripta que lleva su nombre en la catedral de Barcelona. En su sarcófago (en la imagen superior) aparecen imágenes de su martirio.
Aleteia
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