Beata Cristina de Spoleto
Viuda, consagró toda su vida a la penitencia, a las obras de caridad y a la oración
Se cuenta que Cristina pertenecía a la familia Visconti de Milán y que fue notable por su extraordinaria precocidad religiosa. Que con poco más de cinco años, ya llevaba vida de oración y mortificación.
Viuda, consagró toda su vida a la penitencia, a las obras de caridad y a la oración
Se cuenta que Cristina pertenecía a la familia Visconti de Milán y que fue notable por su extraordinaria precocidad religiosa. Que con poco más de cinco años, ya llevaba vida de oración y mortificación.
Cuando tenía diez años, sus padres comenzaron a hablar de gestionar
un matrimonio para ella: ella se opuso a la idea, porque deseaba ser
monja, pero sus padres persistieron por el deseo de tener herederos.
La contienda duró dos años y sólo tenía doce, cuando dándose cuenta
de que la iban a obligar a contraer matrimonio, se escapó con una joven
sirvienta. Cristina vistió el hábito de las ermitañas de San Agustín.
Las dos jóvenes anduvieron errantes por años, sin tener morada fija y
viviendo de lo que podían. Cuando tenía unos veinte años, Cristina fue
en peregrinación a Asís. Al pasar por Espoleto, se alojó con una santa
mujer llamada Galitia.
Después de visitar Asís, se encontró separada de su amiga, que había
salido de la iglesia después de hacer sus devociones, mientras que
Cristina había pasado la noche allí en oración.
Al día siguiente, Cristina buscó por todas partes a su compañera; recorrió Asís y todos los poblados vecinos, pero fue en vano.
De vuelta a Espoleto, se unió al personal de un hospital y pasó
varios meses cuidando a los enfermos. Durante todo este tiempo nunca
disminuyó sus mortificaciones, que eran un tanto excesivas.
En esos días, encontró a su antigua amiga, Galitia, quien la
convenció para que permaneciera con ella por un tiempo; mientras estaba
allí, le vino a Cristina una fiebre, de la cual murió a la edad de
veintidós años.
Se cuenta que por su intercesión se obraron numerosos milagros de curación, tanto en su tumba como en otras partes.
El compendio de la historia aquí relatada está tomado de los
bolandistas del siglo diecisiete, quienes a su vez la tomaron del
historiador agustino, Cornelius Curtius, y la publicaron en el Acta
Sanctorum, febrero, vol. II. Investigaciones posteriores, sin embargo,
han mostrado que es una narración novelesca.
Sin duda alguna que existió una santa penitente llamada Cristina, que
murió en Espoleto el 13 de febrero de 1458, después de pasar tres o
cuatro años en austeridades admirables.
Pero esta Cristina no tenía ninguna conexión con la ilustre familia
Visconti. Su nombre era Agustina Camozzi, y era hija de un digno médico
que vivía cerca del Lago Lugano.
Siendo muy joven, había llevado una vida algo desordenada y mundana,
pero murió a la edad de veintitrés años poco más o menos, después de
expiar sus pecados con la más austera penitencia.
Fuente: Vidas de los santos de A. Butler, Herbert Thurston, SI
Artículo originalmente publicado por evangeliodeldia.org
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